EL MALVADO CARABEL: IMPRONTA DE WENCESLAO FERNÁNDEZ FLÓREZ EN EL CINE ANTES Y DESPUÉS DE LA GUERRA CIVIL / THE WICKED CARABEL (EL MALVADO CARABEL): WENCESLAO FERNÁNDEZ FLÓREZ'S IMPRINT ON CINEMATOGRAPHY BEFORE AND AFTER CIVIL WAR

• Published in: Signa (Madrid, Spain) Spain), 2015-01 (24), p.241
• Main Authors: De Paz, José Luis Castro, Otero, Héctor Paz, Beceiro, Fernando Gómez
• Format: Article
• Language: Spanish
• ISSN: 1133-3634; 2254-9307

Mucho se ha escrito sobre el cariz conservador de la obra de Fernández Flórez, y más de una vez, a nuestro juicio, con conclusiones desatinadas movidas por ese afán de establecer un vínculo congruente entre su trayectoria personal durante y tras la Guerra Civil -fue perseguido por los milicianos en Madrid para ser ejecutado, episodio que plasmó en su novela cargada de odio hacia el bando republicano titulada Una isla en el mar rojo (1939) y entabló una cordial relación con el régimen emanado del pronunciamiento del 18 de julio- y los escritos que, mayoritariamente, vieron la luz en la década de los años veinte. Neville y W. Francisco organizan esta deliciosa secuencia final en la que todos los personajes pueden ser lógicamente reunidos para concluir la función, además de hacer bascular el film hacia la sofisticada comedia de enredo de matriz hollywoodiense, de la que simultáneamente se aprovechan sus resortes cómicos y visuales, a la vez que no deja de señalarse su incongruencia por medio de la feliz solución formal prevista en el guion de focalizar todo el arranque de la misma -especialmente por medio de travellings de seguimiento- en una langosta a través de la cual, en su bandeja y de la mano del camarero, el narrador va presentándonos las mesas donde cenan Aznar y Bofarull por un lado, su ex novia Silvia, su madre y el presuntuoso pretendiente odontólogo (que resultará estar casado para desesperación de las dos primeras, compuestas y sin novio) por otro y, finalmente, la pareja de "delincuentes" formada por Germana y Amaro que, contra todo pronóstico, serán los comensales del crustáceo. Nada más lógico para un hombre de cine como Fernán-Gómez que reparar en el insólito cajón de soluciones formales surgido del peculiar desarrollo de la figura del narrador (y de su voice-over, tradicionalmente mal llamada en off) desde el final de la Guerra Civil hasta su novedosa formulación irónica y metalingüística en Cerca de la ciudad (Luis Lucía, 1952), Bienvenido Mister Marshall (Luis García Berlanga, 1952) o, incluso, en la más desconocida pero interesante (y protagonizada por Fernán-Gómez en un papel muy próximo al del film que ahora nos ocupa) Nadie lo sabrá, dirigida en 1953 por Ramón Torrado. En suma, lo que el protagonista pretendía desde un principio no era cambiar la sociedad, sino saltar la valla que separa a los afortunados de los desdichados para subirse al tren de vida de aquéllos. 220Un vaivén cultural que da la vuelta, pues, al "simplificado" Carabel